domingo, 26 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
POGGE SE LA BANCA.
El artículo publicado por Thomas Pogge en Clarín hace un par de semanas fue replicado en el mismo diario días después por un ex directivo del Plan Remediar, que se sintió ( a mi juicio sin razón) tocado y atacó a Pogge con acusaciones increíbles.
Esta es la respuesta de nuestro amigo Pogge, publicada el martes.
El artículo publicado por Thomas Pogge en Clarín hace un par de semanas fue replicado en el mismo diario días después por un ex directivo del Plan Remediar, que se sintió ( a mi juicio sin razón) tocado y atacó a Pogge con acusaciones increíbles.
Esta es la respuesta de nuestro amigo Pogge, publicada el martes.
Salud: a grandes males, grandes remedios
21/09/10 Quienes sufren de enfermedades olvidadas por las farmacéuticas sólo se beneficiarán si existen incentivos para el desarrollo del fármaco preciso.
Me gustaría aclarar algunas interpretaciones erradas con respecto al Fondo para el Impacto sobre la Salud (HIF), publicadas en esta misma sección por el consultor Federico Tobar el 6 de septiembre. En primer lugar, se acusaba al HIF de interesarse en Argentina para proponer un ensayo piloto debido a su baja capacidad regulatoria en comparación con otros países ricos. Se trata de una acusación gratuita y sin fundamento.
La razón que hace que Argentina sea un candidato preferente es la misma que explica que sea más rentable investigar curas para el acné que para el mal de Chagas .
Para el primero existe un amplio mercado en los países ricos; para el segundo, no . Los argentinos que sufren de enfermedades olvidadas por las farmacéuticas nunca se beneficiarán de una versión genérica distribuida gratuitamente por el Estado si no existen previamente incentivos para el desarrollo del fármaco preciso .
El HIF es un modelo que promociona fundamentalmente el acceso a las innovaciones farmacéuticas más eficaces.
Beneficiaría a todo el mundo, pero principalmente a las poblaciones más vulnerables, ya que en ellas el impacto sobre la salud sería mucho mayor.
En segundo lugar, el autor afirma que: “Ahora la iniciativa de las multinacionales busca convencer a los gobiernos para que no miren el precio de los remedios sino los logros en términos de mejora de los enfermos tratados.” Esta afirmación es doblemente falsa.
El HIF es una propuesta totalmente independiente de la industria farmacéutica . Este sistema interesaría a todo tipo de innovadores: corporativos, públicos, laboratorios universitarios, ONGs (como DNDi) así como a complejos farmacéuticos de países en desarrollo. El HIF no es el proyecto de la industria, aunque a la vista de la desproporción entre recursos tecnológicos, beneficios comerciales y necesidades de salud, creemos que ella tiene poderosas razones para aceptar unas reglas que concilien sus incentivos con las prioridades reales.
El HIF se dirige principalmente a los ciudadanos y a sus representantes, sin ser por ello un agente gubernamental.
Lo hace porque son ellos, y no la industria, quienes definen sus prioridades.
Tampoco es cierto que el HIF anime a los Estados a ignorar el costo de los medicamentos. El HIF no es un Fondo sin fondo, es decir, tiene un límite anual fijo para recompensar las innovaciones de acuerdo con su impacto real sobre la salud de la población. Quienes se registran en el HIF aceptan este tope y concuerdan con que su única remuneración se limita a la parte proporcional de este impacto atribuido a su producto. No obtienen beneficios de la venta porque bajo el HIF, la producción de un producto registrado se licita a los dos fabricantes de genéricos más competitivos.
Como condición para acceder a las recompensas del HIF, el innovador se compromete a que su producto se venda al precio de producción y distribución más bajo posible.
A mayor acceso, mayores beneficios para todos.
jueves, 23 de septiembre de 2010
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS:
EN LA CTA APOYAMOS A LA LISTA UNO -
Pablo Micheli(ATE) Secretario General-
V
amos por la autonomía de la patronal, los partidos políticos y los gobiernos de turno.
Acompañamos a
Víctor De Gennaro y a Alberto Piccinini, de la UOM de Villa Constitución.
Se vota de 9:00 a 18:00 horas en Independencia 766 (entre Piedras y Chacabuco), sede de la CTA porteña.
Falta poco para el reconocimiento de la CTA...
miércoles, 22 de septiembre de 2010
CASO SOSA
El domingo salió esto en Clarinete
El domingo salió esto en Clarinete
Nuestro sistema no es el feudalismo 19/09/10
En 1995 el gobierno de Néstor Kirchner disolvió la Procuración General de Santa Cruz, echando a Eduardo Sosa , que desde entonces reclama la devolución del cargo.
La Corte Suprema ordenó varias veces al gobernador que lo repusiera y ante el último incumplimiento, dio intervención a la justicia penal e informó al Congreso la violación de la Constitución.
El gobierno provincial, monitoreado desde el gobierno nacional, persiste en alzarse contra la Corte , planteando un conflicto institucional inédito en democracia y de consecuencias impensables; los argumentos descalificatorios hacia la Corte son propios de un pedido de juicio político ; y en el Congreso se discuten varios proyectos de intervención federal.
Este conflicto tiene aristas jurídicas poco controvertidas; y aristas políticas novedosas en comparación con otros enfrentamientos que ha tenido el Gobierno.
Hablemos de federalismo, no de feudalismo . La principal objeción jurídica a la orden de la Corte niega la naturaleza federal del caso. Pero ese carácter es indudable: el Art. 116 de la Constitución dice que “Corresponde a la Corte ... el conocimiento y decisión de todas las causas ... sobre puntos regidos por la Constitución”; y el Art. 5° ordena: “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; ... que asegure su administración de justicia.” La Corte no transgredió ni la autonomía de la provincia ni el federalismo , que es un sistema de distribución del poder que protege la democracia a nivel local y que ampara a los ciudadanos de las provincias contra la arbitrariedad del poder central, pero también de la arbitrariedad de los poderes locales.
De allí que ese Art. 5 termine afirmando: “Bajo de estas condiciones (se refiere al respeto al sistema republicano) el Gobierno federal garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones.” Además, el propio Tribunal Superior de Santa Cruz declaró la inconstitucionalidad de la ley usada para cesar a Sosabasándose en el atropello a la garantía constitucional de estabilidad judicial; y en un fallo que contiene señalamientos sobre el dramático impacto de la remoción del Procurador en las instituciones “republicanas” de la provincia.
Si en un contexto de anomia los argumentos jurídicos son insuficientes para alterar el rumbo del poder, tal vez sirva una consideración política: este desafío a la Corte es autodestructivo para el Gobierno . No impugno aquí una supuesta visión crispada de la política. De hecho no hay dos formas de hacer política, una confrontativa y otra dialoguista. Toda construcción política combina confrontación (con algunos) y diálogo (con otros) y el Gobierno sabrá cómo elige sus estrategias, pero cabe notar que esta disputa presenta riesgos especiales.
Para comenzar, ¿le conviene al oficialismo poner a debate las prácticas antirrepublicanas del gobierno santacruceño de las dos últimas décadas?Es público y notorio que al Procurador lo echaron por su independencia de criterio, lo que refuerza la idea de que en Santa Cruz no imperan ni la transparencia ni la tolerancia.
Y es allí donde comienza este caso. Pero hay un riesgo mayor.
Esta Corte goza de respeto.
Eso conlleva un justo reconocimiento al Gobierno por haber impulsado el juicio político a la mayoría automática; por haber propuesto a juristas respetadas/os en esas vacantes; y por haber reducido el número de miembros, lo que aventó tradicionales sospechas de manipulación.
¿Le sirve dilapidar ese crédito confrontando con una Corte Suprema de amplia legitimidad social? El Gobierno puede poner fin a este conflicto, exhibiendo el mismo respeto hacia la Suprema Corte de Al Gore en 2000, cuando la “falange republicana” en el máximo Tribunal de Estados Unidos le arrebató la elección.
Podría dejar a salvo su desacuerdo, pero afirmar ante una decisión inobjetable lo que Gore ante una sentencia injusta: “La Corte Suprema ha hablado. Que no haya dudas, aunque estoy profundamente en desacuerdo con la decisión, la acepto ”. Mientras, la obcecación daña al país y al Gobierno.
viernes, 17 de septiembre de 2010
NOVEDADES DE IGUALITARIA:
NUEVO LIBRO DEL GRAN
PRZEWORSKI
(Tomado de www.igualitaria.org)
COLECCIÓN “DERECHO Y POLÍTICA”, DIRIGIDA POR ROBERTO GARGARELLA Y PAOLA BERGALLO (IGUALITARIA)
296 págs. | 21 x 14
ISBN 978-987-629-140-8
septiembre de 2010
septiembre de 2010
¿Qué hacen las personas cuando votan? Votar es un acto físico: pronunciar en voz alta el nombre de alguien, introducir un papel en una caja, apretar un botón, tocar una pantalla. Pero tanto las consecuencias políticas como las interpretaciones culturales de ese acto han sido profundamente distintas en países y épocas diferentes. Votar no es lo mismo que elegir; en realidad, puede no tener ninguna relación con elegir.
En este libro ambicioso y oportuno, Adam Przeworski —quien dedicó sus investigaciones a explorar los límites de la democracia— revisa la historia de las instituciones representativas, a la vez que ofrece una original mirada sobre la genealogía y la lógica de los ideales de autogobierno, libertad e igualdad, apoyada en modelos analíticos y análisis estadísticos.
Con esclarecedores argumentos el autor reflexiona acerca de por qué la democracia es hoy el único principio de legitimidad disponible para los gobernantes y aceptable para los ciudadanos, por qué deberíamos elegir ese sistema, qué podemos esperar de él y en qué aspectos deberíamos reformarlo.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
DEBATE SOBRE DESPENALIZACION |
El sitio Política Argentina organiza la jornada "Despenalización del aborto
en la Argentina" para reflexionar acerca de un tema sensible que afecta
cotidianamente a miles de mujeres en el país.
El encuentro se realizará el 20 de septiembre a las 17 horas en la sala Juan
L. Ortiz, de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502) y contará con la presencia
de cinco mujeres que expondrán su punto de vista con la intención de
fortalecer este debate: Mariana Carbajal, Gladys González, Diana Maffia,
Cynthia Hotton y Victoria Donda.
La capacidad es limitada, aquellos que deseen asistir enviar nombre ,
apellido y mail a contacto@politicargentina.com
Disertantes:
- Mariana Carbajal: periodista de Página/12, especialista en género, y
autora del libro El aborto en debate.
- Gladys González: diputada nacional por el PRO y Secretaria de la Comisión
de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.
-Diana Maffía: legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la
Coalición Cívica / ARI.
-Cynthia Hotton: diputada nacional por Valores para mi país y vocal de la
Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.
-Victoria Donda: diputada nacional por el Movimiento Libres del Sur y
Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías.
La jornada buscará indagar en diversos aspectos que permitan comprender los
principales ejes en torno a los cuales gira la problemática del aborto en
Argentina, bajo la premisa: "¿Es necesario despenalizar el aborto?". Esa
consigna servirá como disparador para que los disertantes se expresen sobre
diferentes ejes, que pueden ser:
- Aspectos legales: aborto terapéutico, aborto electivo y por indicación
médico-legal.
- Aspectos jurídicos: ¿Cómo se trata la cuestión del aborto en el resto del
mundo?
- Aspectos sociales: Mortandad debida al aborto en condiciones insalubres.
Situación en América Latina. Aborto y derechos humanos.
- Aspectos biológicos y médicos: ¿El embrión es una vida humana desde el
momento de la fecundación o acaso no experimenta dolor ni ninguna otra
percepción sensorial?
en la Argentina" para reflexionar acerca de un tema sensible que afecta
cotidianamente a miles de mujeres en el país.
El encuentro se realizará el 20 de septiembre a las 17 horas en la sala Juan
L. Ortiz, de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502) y contará con la presencia
de cinco mujeres que expondrán su punto de vista con la intención de
fortalecer este debate: Mariana Carbajal, Gladys González, Diana Maffia,
Cynthia Hotton y Victoria Donda.
La capacidad es limitada, aquellos que deseen asistir enviar nombre ,
apellido y mail a contacto@politicargentina.com
Disertantes:
- Mariana Carbajal: periodista de Página/12, especialista en género, y
autora del libro El aborto en debate.
- Gladys González: diputada nacional por el PRO y Secretaria de la Comisión
de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.
-Diana Maffía: legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la
Coalición Cívica / ARI.
-Cynthia Hotton: diputada nacional por Valores para mi país y vocal de la
Comisión de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.
-Victoria Donda: diputada nacional por el Movimiento Libres del Sur y
Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías.
La jornada buscará indagar en diversos aspectos que permitan comprender los
principales ejes en torno a los cuales gira la problemática del aborto en
Argentina, bajo la premisa: "¿Es necesario despenalizar el aborto?". Esa
consigna servirá como disparador para que los disertantes se expresen sobre
diferentes ejes, que pueden ser:
- Aspectos legales: aborto terapéutico, aborto electivo y por indicación
médico-legal.
- Aspectos jurídicos: ¿Cómo se trata la cuestión del aborto en el resto del
mundo?
- Aspectos sociales: Mortandad debida al aborto en condiciones insalubres.
Situación en América Latina. Aborto y derechos humanos.
- Aspectos biológicos y médicos: ¿El embrión es una vida humana desde el
momento de la fecundación o acaso no experimenta dolor ni ninguna otra
percepción sensorial?
jueves, 9 de septiembre de 2010
En el lanzamiento del MORENA, la semana anterior, en Córdoba, se consensuó un documento que juzgo muy importante. Si en Ferro Ricardo Alfonsín había sentado las bases éticas de su proyecto presidencial, este documento da un segundo gran paso, avanzando sobre definiciones muy trascendentes. Destaco el énfasis en la lucha contra todas las desigualdades, en la igualdad real de oportunidades, en la igualdad de género como prioridad de todas las áreas de gobierno, el compromiso ambiental.
En el documento resuenan las mejores ideas del pensamiento filosófico igualitario, reivindicando ideas de Dworkin ("un estado democrático tiene una obligación: actuar con igual respeto y consideración por todas las personas"), de Rawls (la lucha contra la "lotería social") y del imprescindible pensamiento feminista ("Vamos a terminar con las desigualdades que sufren las mujeres en el trabajo, en la familia y en la esfera pública. Todas las áreas de nuestro gobierno tomarán en cuenta el impacto de las políticas públicas respecto de los derechos de las mujeres.")
Algunas afirmaciones fuertes no han de pasar desapercibidas, como la idea del liderazgo cimentado en la confianza ("todos podrán confiar en algo más, podrán ir a dormir cada día con la certeza de que no los perseguiremos, no los hostigaremos, no falsificaremos la información pública, no pincharemos teléfonos, no nos enriqueceremos").
El camino es el correcto, ojalá se sumen muchos/as!
Este es el MANIFIESTO DE CORDOBA:
Un nuevo radicalismo, un mejor país.
Una cruel paradoja insiste con humillarnos a los hombres y mujeres que amamos la vida pública: la Argentina, un país inmensamente rico, resultó ser el hogar de familias inmensamente pobres. La democracia que los argentinos restauramos en 1983, vista desde este 2010, nos frustra tanto a nosotros, los radicales, los que creemos en el diálogo y el acuerdo, como a todos quienes vieron descender sus niveles de vida y la calidad de los servicios esenciales que debe prestar el Estado.
Contamos, sin embargo, y todavía, con un amplísimo consenso acerca de las virtudes de la vida democrática. Sin más demoras, la democracia política, y su hermoso ritual electoral, deben producir la democracia social. Porque son las condiciones económicas las que definen las características del orden social. Y una democracia que tolera la exclusión de una parte del pueblo, deja de ser la democracia por la que vale la pena la entrega generosa del que representa y también la del que es representado.
El gobierno nacional actual encarna un populismo conservador de matiz autoritario que no reconoce límites legales y concibe las instituciones como obstáculos que hay que evitar. Concentra y personaliza el poder e interpreta cada crítica como un acto de agresión. Divide el mundo entre amigos y enemigos y supone que dialogar es mostrar debilidad. Por su propia naturaleza, carece de capacidad para organizar el futuro, porque cualquier proyecto que dependa de personalismos autoritarios, es frágil e inestable.
Y esto no sería solo malo, sino hubiera algo peor: el gobierno es rehén de una matriz productiva que no mejora la calidad de vida de las mayorías. El crecimiento económico es un ingrediente necesario pero no suficiente para reducir la pobreza. La sociedad necesita igualdad y desarrollo. Si no, no será posible vivir en paz y seguridad. La pobreza no es algo normal, es algo inmoral.
Ante un cuadro así, un desafío mayor es la construcción de la confianza. En la democracia del diálogo los liderazgos de calidad no se construyen con publicidad, ni aparatos, ni dinero, ni apoyos corporativos; sino en base a confianza, diálogo y construcción de grandes acuerdos estratégicos. Seremos gobierno el año que viene porque el pueblo confiará en nosotros. Confiará porque no dejaremos dudas. Y porque cumpliremos con el mandato electoral. Con el radicalismo y las fuerzas que nos acompañen en el 2011 no dejaremos ni un argentino atrás. Si la Argentina crece, pues entonces: crecemos todos. Y aun a quienes no nos voten, también les corresponderá el progreso y el crecimiento. Y todos podrán confiar en algo más, podrán ir a dormir cada día con la certeza de que no los perseguiremos, no los hostigaremos, no falsificaremos la información pública, no pincharemos teléfonos, no nos enriqueceremos.
Estas son algunas de nuestras convicciones que pensamos como para no ir dejando dudas.
- Vamos por la igualdad. Porque un estado democrático tiene una obligación: actuar con igual respeto y consideración por todas las personas.
- Vamos contra las desigualdades políticas, contra toda forma de discriminación o persecución, porque jamás aceptaremos la idea perversa de que un proyecto progresista precisa restringir la libertad de prensa, falsear la información pública, amenazar con el uso de la violencia, abusar del poder o corromperse.
- Vamos a terminar con las desigualdades que sufren las mujeres en el trabajo, en la familia y en la esfera pública. Todas las áreas de nuestro gobierno tomarán en cuenta el impacto de las políticas públicas respecto de los derechos de las mujeres.
- Vamos contra las desigualdades de cuna, contra la lotería social que condena a millones de compatriotas a vivir con menos educación, con menos seguridad, con menos salud, por el simple hecho, completamente involuntario, de haber nacido en un hogar pobre.
- Trabajamos contra las desigualdades económicas, porque la brecha de ingresos y bienestar perpetúa la injusticia, destruye los lazos comunitarios y degrada nuestra cultura. La exclusión y la marginalidad son causas determinantes del nivel de inseguridad que condiciona la vida de todos los argentinos. La desigualdad grosera y agraviante favorece la violencia y quienes se sienten afuera del sistema por generaciones sucesivas no tienen ningún motivo para cumplir las leyes y respetar la vida y la propiedad de quienes viven una realidad mejor.
- El delito profesional sí debe combatirse, con buena policía, buen sistema carcelario y buenos jueces. Pero el delito que nace de la pobreza –y que victimiza, en primer lugar, a los pobres- solo se soluciona con políticas sostenidas de integración social.
- El Estado no puede resolver todos los problemas, pero queda claro que su ausencia los agrava. La acción estatal debe alentar la movilización de recursos privados para la inversión en investigación y desarrollo, el aprovechamiento integral de la dinámica expansiva del mercado y la organización de cadenas de valor. Nuestro país produce conocimiento científico de excelencia. Pero precisamos un sistema eficaz para que el sector productivo nacional pueda incorporar la producción científica argentina al proceso productivo.
- El Estado debe definir, diseñar y aplicar una política demográfica, migratoria y de planificación territorial que preserve la apertura “hacia todos los hombres del mundo” y al mismo tiempo, procure la adecuada ocupación del espacio nacional, amortiguando la tendencia a la urbanización indiscriminada y no planificada que provoca la superpoblación de las ciudades.
- Debe hacerse una revisión de nuestra matriz productiva tendiente a democratizar nuestra organización económica, desandar el alarmante proceso de concentración y la pérdida de nuestra capacidad estratégica sobre sectores productivos básicos, iniciados en los noventa y continuado hasta ahora.
- El fortalecimiento de las capacidades técnicas y financieras del Estado es condición necesaria para la profundización de su gestión en el campo social. La planificación participativa, la inversión pública en todas las áreas deben pensarse y organizarse en función de la igualdad, sabiendo que el trabajo es el primer factor de igualación y equidad. En el mismo sentido deben utilizarse los instrumentos de política económica.
- La inserción en los mercados internacionales es una condición de sustentabilidad de todo programa de desarrollo.
- La educación es el sector donde el abandono alcanza niveles colosales. La crisis de la escuela pública compromete el porvenir de generaciones enteras, porque impide concretar la función incluyente del conocimiento que sirve para la libertad, para el crecimiento personal, pero también como aporte imprescindible para la creación de progreso.
- La decadencia de la enseñanza provista por el Estado agrede el más elemental sentido de justicia social, porque excluye a tantos, en una etapa en la que la comprensión y el manejo de la tecnología es un factor sustancial para mejorar la calidad de vida e impulsar el desarrollo económico.
- Vamos a recuperar capacidad de decisión sobre nuestros recursos naturales estratégicos.
- Debemos poner fin a la desigualdad entre generaciones. Una ley básica de la vida en sociedad es que debemos dejar a nuestros hijos y nietos un mundo mejor que el que recibimos de nuestros abuelos y padres. Pero nuestra generación viola esta ley y amenaza la subsistencia de las generaciones futuras. Para disfrutar de un ambiente sano, debemos pensar hoy en los efectos a 50 o 70 años de distintas prácticas y políticas públicas.
El Morena en la Unión Cívica Radical El Morena nace para conducir al Partido a las elecciones del 2011, para ser gobierno interpretando a las mayorías y para servir al país. Para ello impulsa un Programa, promueve el recambio generacional y auspicia, de entre sus filas, al futuro Presidente de la Nación.
Los partidos políticos recibieron de lleno el impacto producido por la desconfianza y se convirtieron en promotores de candidaturas individuales sin proyección nacional. Nuestra misión es consolidar para la UCR su condición de fuerza nacional y federal, garantizar su unidad de pensamiento y acción, impulsar la renovación de sus ideas, sus métodos y su dirigencia, y colaborar en el diseño de coincidencias de fondo con otras fuerzas políticas y sociales que garanticen las transformaciones de fondo que Argentina necesita. Vamos a fortalecer, ampliar y potenciar el Acuerdo Cívico y Social.
Con el Movimiento de Renovación Nacional queremos hacer del radicalismo la fuerza convocante de una gran causa nacional. Los hombres y mujeres del Morena han custodiado al Partido y evitado su dilución. Junto a ellos, nuestro candidato resistió la diáspora y la aviesa intención de cooptación por parte del gobierno, y hoy interpreta la aspiración del pueblo a un cambio progresista, igualitario y fraternal.
Tenemos para ofrecerle al país un partido de principios, un programa transformador y mujeres y hombres decididos a que la Argentina sea todo lo que puede ser.
Ciudad de Córdoba, 28 de Agosto de 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
POGGE EN CLARIN
POGGE EN PAGINA
–¿Alguna experiencia personal lo empujó para involucrarse con esta temática?
–Sí, tres experiencias. Nací en Alemania. La generación de mis padres hizo algo terrible (sostener el nazismo), por lo tanto a los 6 o 7 años entendí que uno tenía que desconfiar de los juicios morales de sus padres. En segundo lugar, la guerra de Vietnam, los bombardeos estadounidenses me hicieron identificarme con los países en desarrollo. En tercer lugar, un viaje que hice mientras era estudiante de posgrado, y fui desde Estambul a Japón: en ese recorrido vi una pobreza increíble que nunca me había imaginado, en Deli, Pakistán, Bangladesh, Tailandia..., ver a nenas que se vendían como objeto para prostitución en las estaciones me impactó muchísimo –cuenta Pogge.
Habla sin exaltarse. Explica con paciencia docente. Discípulo de John Rawls, actualmente es director del Programa de Justicia Global y profesor de Filosofía y de Asuntos Internacionales en la Universidad de Yale. Además, dirige un programa de investigaciones en la Universidad de Oslo y también se desempeña en el Centro de Filosofía Aplicada y Etica Pública en la Universidad Nacional de Australia. En Buenos Aires, dio una conferencia invitado por Flacso-Clacso y otra en la Facultad de Derecho de la UBA, donde fue presentado por la decana Mónica Pinto. Hacer Justicia a la Humanidad: Problemas de Etica Práctica contiene sus ensayos más importantes traducidos al castellano (México, Fondo de Cultura Económica, 2009).
–¿De qué trata el Fondo de Impacto sobre la Salud?
–El Fondo es una nueva forma de incentivar la innovación en la industria farmacéutica. En el sistema actual, la innovación es recompensada con un monopolio temporario: a través de las patentes, durante un período, la compañía puede recargar el costo de producción y cobrar un precio muy superior. Bajo el sistema del Fondo, la empresa que genera una innovación medicinal puede elegir ser retribuida de una forma distinta: la retribución en ese caso está vinculada con el impacto del medicamento en la salud. El laboratorio, entonces, se comprometería a vender el medicamento al costo. Pero a cambio recibiría, además, una retribución por la mejora efectiva que produzca en la salud ese medicamento.
–¿Reemplazaría al sistema de patentes?
–No, sería una alternativa. El innovador siempre tendrá la posibilidad de elegir. Si lo que descubre es una droga cosmética, un producto para la caída del cabello, no va a ir nunca al Fondo. Pero si descubre la cura de la malaria, sí. En el sistema actual hay dos problemas: uno es que hay muchos medicamentos que son muy caros y no toda la gente puede pagarlos, y otro es que hay muchos medicamentos que son muy baratos y no generan incentivos para su producción.
–¿Qué ventajas tendría el Fondo?
–Tres grandes ventajas. En primer lugar, logra que sea muy conveniente económicamente investigar y producir drogas para las llamadas “enfermedades olvidadas”, como la malaria y el dengue: una nueva droga que consiguiera curar esos males tendría un impacto enorme porque hay millones de personas que las padecen. De esa forma, se promovería la innovación que bajo el sistema actual no se produce porque se trata de pacientes pobres. En segundo lugar, tendríamos drogas muy baratas desde el primer día. La tercera ventaja es que las empresas se preocuparían por un problema que existe ahora que es que los medicamentos lleguen a las personas pobres: si llegan, curan, generan impacto y reciben dinero por eso. Argentina tiene una oportunidad única y valiosa para un liderazgo global para promover esta iniciativa.
–¿Por qué lo dice?
–El Fondo apunta a un modelo global diferente. Hay dos razones por las que Argentina tiene una gran oportunidad para promover la implementación del Fondo. Por un lado, es un vocero reconocido de los países en desarrollo y, al mismo tiempo, por su idioma, por el hecho de ser un país de habla hispana: el español se está transformando en uno de los idiomas más importantes. De modo que si la Argentina se sumara al proyecto sería un participante clave para difundirlo y tener una masa crítica que permita adoptarlo.
–¿Cómo surgió la idea de este Fondo?
–La idea original surgió hace seis o siete años, cuando trabajaba en el Instituto Nacional de la Salud en Washington, de un grupo que se armó con abogados, economistas, investigadores del campo de la Medicina. Ahora la estamos promoviendo políticamente.
–¿La plantearon en la Organización Mundial de la Salud?
–La OMS tiene un grupo de expertos que se reunió durante dos años para explorar nuevas formas de financiamiento de la salud. Evaluaron 90 propuestas. El Fondo fue una de las cinco propuestas elegidas como más promisorias.
–¿Cree que es posible implementarlo frente a la voracidad de la industria farmacéutica, que hasta ha sido acusada de inventar enfermedades con tal de ganar dinero?
–Pienso que sí, porque no es un sistema que perjudique a los laboratorios. Pueden elegir. Además, las compañías farmacéuticas tienen un problema de imagen, nadie las quiere, especialmente en el Hemisferio Sur. Esta es una oportunidad para mejorar su imagen sin perder dinero.
–¿Quiénes se han interesado hasta ahora por el Fondo?
–Estamos trabajando en veinte países clave. Hemos tenido más éxito al plantearlo en Europa, China e India. Se necesitan muchos gobiernos que pongan dinero. China e India están dispuestos a apoyarlo pero están esperando ver qué harán países europeos y americanos. El Partido Socialdemócrata alemán adoptó la propuesta e incluso ha puesto dinero para organizar una gran conferencia en marzo en Bruselas, donde está el corazón del gobierno europeo. El gobierno de Estados Unidos es más difícil que se interese. No suele apoyar iniciativas multilaterales.
–Otro de los tópicos que investiga es la justicia global. ¿A qué se refiere?
–Sí, empecé trabajando en filosofía política y después me dediqué a ese gran tópico. Es la evaluación moral de las instituciones que surgen a escala global. A partir de la globalización cada vez más el mundo está sujeto a reglas supranacionales, que son sumamente injustas. Las reglas de comercio, de inversión, sobre proteccionismo, el régimen de propiedad intelectual. A mediados de los ’90 se globalizó el sistema de propiedad intelectual y todos los países del sur fueron forzados a sumarse a una protección muy estricta de la propiedad intelectual. Esa fue una catástrofe para los pacientes pobres, porque se acabaron los genéricos de los medicamentos baratos.
–Otro de sus temas de estudio es el problema de la pobreza. Hay quienes sostienen que pobreza siempre hubo y siempre existirá. ¿Piensa igual?
–La pobreza se podría terminar fácilmente. Hoy la mitad de la población del mundo gana menos de 2,50 dólares por día. En realidad, están 40 por ciento lejos de alcanzar 2,50 dólares, es decir, se tienen que arreglar con 1,50 dólar por día. Lo que falta para que superen el umbral de los 2,50 –que es donde marca el Banco Mundial la línea de pobreza– es el uno por ciento de ingresos de la Humanidad. Transferir el uno por ciento del ingreso mundial terminaría con la pobreza. Si un país como EE.UU. redujera en un tercio su presupuesto bélico, sería suficiente. Hace 200 años se hubiera necesitado un porcentaje infinitamente mayor que ese uno por ciento. Es cierto, la pobreza siempre existió pero nunca fue tan escandalosa. Es interesante ver el problema de la pobreza desde una perspectiva de género. La mayoría de las personas pobres son mujeres. Las estadísticas lo ocultan porque dan por hecho que en un hogar todos reciben lo mismo, pero no es así. Por ejemplo, la comida no se distribuye de forma igualitaria: las mujeres comen menos, ellas comen después de que lo hacen sus hijos y el marido, y con frecuencia el acceso a la educación también es desventajoso para ellas. La mejor forma que se ha encontrado para erradicar la pobreza involucra a las mujeres: los microcréditos dirigidos a las mujeres son un muy buen camino y está demostrado que son mucho más efectivos para erradicar la pobreza que si se los dieran a los varones.
POGGE EN PAGINA
Sociedad|Domingo, 29 de agosto de 2010
El filósofo que busca crear un fondo global para estimular la producción de remedios
Un plan para cambiar la salud mundial
Thomas Pogge recorre el mundo con su propuesta para incentivar a los laboratorios a producir medicamentos para pobres. Aquí, explica en qué consiste el método y por qué la Argentina podría jugar un papel clave.
Por Mariana Carbajal
Thomas Pogge es uno de los filósofos “globales” más reconocidos del momento. Nació en Alemania pero vive desde hace tres décadas en Connecticut, Estados Unidos. Aunque, en realidad, últimamente ha pasado más tiempo volando que en tierra firme. Desde que comenzó el año, recorrió el equivalente a cinco vueltas al mundo con un objetivo primordial: promover el Fondo de Impacto sobre la Salud (The Health Impact Fund), una nueva propuesta para estimular la investigación y desarrollo de fármacos para las llamadas enfermedades de la pobreza, las olvidadas, que afectan a millones de personas pobres en el planeta, como la malaria, el dengue y, en la Argentina, particularmente el Mal de Chagas, cuya cura no es un desafío para los grandes laboratorios dado que los potenciales clientes-pacientes tienen sus billeteras vacías. La iniciativa consiste en brindar a las compañías farmacéuticas la opción de vender al costo y cobrar un monto adicional por el impacto en la salud que cause una nueva droga. Cuanto más efectiva, cuantos más individuos logre curar, más ganancias tendrá la empresa. En su periplo, Pogge estuvo en Buenos Aires, donde dio un par de conferencias, y partió luego rumbo a Brasil. Para el filósofo, Argentina puede ser un país clave para di- seminar la idea del Fondo en la región. En una entrevista con Página/12, en su acotada agenda, explicó los detalles del proyecto.
La prensa alemana lo apodó “el pensador-para-cambiar-el mundo”. Pogge está convencido de que se puede (y se debe) terminar con la pobreza. “Todo lo que se necesita para que nadie quede por debajo de la línea de pobreza es el uno por ciento del ingreso mundial”, enfatiza Pogge, con la intención de mostrar que no se trata de un escenario inevitable. Entre otros libros, editó La pobreza como violación de los derechos humanos.–¿Alguna experiencia personal lo empujó para involucrarse con esta temática?
–Sí, tres experiencias. Nací en Alemania. La generación de mis padres hizo algo terrible (sostener el nazismo), por lo tanto a los 6 o 7 años entendí que uno tenía que desconfiar de los juicios morales de sus padres. En segundo lugar, la guerra de Vietnam, los bombardeos estadounidenses me hicieron identificarme con los países en desarrollo. En tercer lugar, un viaje que hice mientras era estudiante de posgrado, y fui desde Estambul a Japón: en ese recorrido vi una pobreza increíble que nunca me había imaginado, en Deli, Pakistán, Bangladesh, Tailandia..., ver a nenas que se vendían como objeto para prostitución en las estaciones me impactó muchísimo –cuenta Pogge.
Habla sin exaltarse. Explica con paciencia docente. Discípulo de John Rawls, actualmente es director del Programa de Justicia Global y profesor de Filosofía y de Asuntos Internacionales en la Universidad de Yale. Además, dirige un programa de investigaciones en la Universidad de Oslo y también se desempeña en el Centro de Filosofía Aplicada y Etica Pública en la Universidad Nacional de Australia. En Buenos Aires, dio una conferencia invitado por Flacso-Clacso y otra en la Facultad de Derecho de la UBA, donde fue presentado por la decana Mónica Pinto. Hacer Justicia a la Humanidad: Problemas de Etica Práctica contiene sus ensayos más importantes traducidos al castellano (México, Fondo de Cultura Económica, 2009).
–¿De qué trata el Fondo de Impacto sobre la Salud?
–El Fondo es una nueva forma de incentivar la innovación en la industria farmacéutica. En el sistema actual, la innovación es recompensada con un monopolio temporario: a través de las patentes, durante un período, la compañía puede recargar el costo de producción y cobrar un precio muy superior. Bajo el sistema del Fondo, la empresa que genera una innovación medicinal puede elegir ser retribuida de una forma distinta: la retribución en ese caso está vinculada con el impacto del medicamento en la salud. El laboratorio, entonces, se comprometería a vender el medicamento al costo. Pero a cambio recibiría, además, una retribución por la mejora efectiva que produzca en la salud ese medicamento.
–¿Reemplazaría al sistema de patentes?
–No, sería una alternativa. El innovador siempre tendrá la posibilidad de elegir. Si lo que descubre es una droga cosmética, un producto para la caída del cabello, no va a ir nunca al Fondo. Pero si descubre la cura de la malaria, sí. En el sistema actual hay dos problemas: uno es que hay muchos medicamentos que son muy caros y no toda la gente puede pagarlos, y otro es que hay muchos medicamentos que son muy baratos y no generan incentivos para su producción.
–¿Qué ventajas tendría el Fondo?
–Tres grandes ventajas. En primer lugar, logra que sea muy conveniente económicamente investigar y producir drogas para las llamadas “enfermedades olvidadas”, como la malaria y el dengue: una nueva droga que consiguiera curar esos males tendría un impacto enorme porque hay millones de personas que las padecen. De esa forma, se promovería la innovación que bajo el sistema actual no se produce porque se trata de pacientes pobres. En segundo lugar, tendríamos drogas muy baratas desde el primer día. La tercera ventaja es que las empresas se preocuparían por un problema que existe ahora que es que los medicamentos lleguen a las personas pobres: si llegan, curan, generan impacto y reciben dinero por eso. Argentina tiene una oportunidad única y valiosa para un liderazgo global para promover esta iniciativa.
–¿Por qué lo dice?
–El Fondo apunta a un modelo global diferente. Hay dos razones por las que Argentina tiene una gran oportunidad para promover la implementación del Fondo. Por un lado, es un vocero reconocido de los países en desarrollo y, al mismo tiempo, por su idioma, por el hecho de ser un país de habla hispana: el español se está transformando en uno de los idiomas más importantes. De modo que si la Argentina se sumara al proyecto sería un participante clave para difundirlo y tener una masa crítica que permita adoptarlo.
–¿Cómo surgió la idea de este Fondo?
–La idea original surgió hace seis o siete años, cuando trabajaba en el Instituto Nacional de la Salud en Washington, de un grupo que se armó con abogados, economistas, investigadores del campo de la Medicina. Ahora la estamos promoviendo políticamente.
–¿La plantearon en la Organización Mundial de la Salud?
–La OMS tiene un grupo de expertos que se reunió durante dos años para explorar nuevas formas de financiamiento de la salud. Evaluaron 90 propuestas. El Fondo fue una de las cinco propuestas elegidas como más promisorias.
–¿Cree que es posible implementarlo frente a la voracidad de la industria farmacéutica, que hasta ha sido acusada de inventar enfermedades con tal de ganar dinero?
–Pienso que sí, porque no es un sistema que perjudique a los laboratorios. Pueden elegir. Además, las compañías farmacéuticas tienen un problema de imagen, nadie las quiere, especialmente en el Hemisferio Sur. Esta es una oportunidad para mejorar su imagen sin perder dinero.
–¿Quiénes se han interesado hasta ahora por el Fondo?
–Estamos trabajando en veinte países clave. Hemos tenido más éxito al plantearlo en Europa, China e India. Se necesitan muchos gobiernos que pongan dinero. China e India están dispuestos a apoyarlo pero están esperando ver qué harán países europeos y americanos. El Partido Socialdemócrata alemán adoptó la propuesta e incluso ha puesto dinero para organizar una gran conferencia en marzo en Bruselas, donde está el corazón del gobierno europeo. El gobierno de Estados Unidos es más difícil que se interese. No suele apoyar iniciativas multilaterales.
–Otro de los tópicos que investiga es la justicia global. ¿A qué se refiere?
–Sí, empecé trabajando en filosofía política y después me dediqué a ese gran tópico. Es la evaluación moral de las instituciones que surgen a escala global. A partir de la globalización cada vez más el mundo está sujeto a reglas supranacionales, que son sumamente injustas. Las reglas de comercio, de inversión, sobre proteccionismo, el régimen de propiedad intelectual. A mediados de los ’90 se globalizó el sistema de propiedad intelectual y todos los países del sur fueron forzados a sumarse a una protección muy estricta de la propiedad intelectual. Esa fue una catástrofe para los pacientes pobres, porque se acabaron los genéricos de los medicamentos baratos.
–Otro de sus temas de estudio es el problema de la pobreza. Hay quienes sostienen que pobreza siempre hubo y siempre existirá. ¿Piensa igual?
–La pobreza se podría terminar fácilmente. Hoy la mitad de la población del mundo gana menos de 2,50 dólares por día. En realidad, están 40 por ciento lejos de alcanzar 2,50 dólares, es decir, se tienen que arreglar con 1,50 dólar por día. Lo que falta para que superen el umbral de los 2,50 –que es donde marca el Banco Mundial la línea de pobreza– es el uno por ciento de ingresos de la Humanidad. Transferir el uno por ciento del ingreso mundial terminaría con la pobreza. Si un país como EE.UU. redujera en un tercio su presupuesto bélico, sería suficiente. Hace 200 años se hubiera necesitado un porcentaje infinitamente mayor que ese uno por ciento. Es cierto, la pobreza siempre existió pero nunca fue tan escandalosa. Es interesante ver el problema de la pobreza desde una perspectiva de género. La mayoría de las personas pobres son mujeres. Las estadísticas lo ocultan porque dan por hecho que en un hogar todos reciben lo mismo, pero no es así. Por ejemplo, la comida no se distribuye de forma igualitaria: las mujeres comen menos, ellas comen después de que lo hacen sus hijos y el marido, y con frecuencia el acceso a la educación también es desventajoso para ellas. La mejor forma que se ha encontrado para erradicar la pobreza involucra a las mujeres: los microcréditos dirigidos a las mujeres son un muy buen camino y está demostrado que son mucho más efectivos para erradicar la pobreza que si se los dieran a los varones.