jueves, 17 de diciembre de 2009




VOLVIERON LAS PRIVATIZACIONES

Ley 26.570
Modifícase la Ley Nº 11.723.
Sancionada: Noviembre 25 de 2009
Promulgada: Diciembre 11 de 2009


El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:


ARTICULO 1º — Incorpórese a la Ley Nº 11.723 el artículo 5º bis, que quedará redactado de la siguiente manera:

Art. 5º bis: La propiedad intelectual sobre sus interpretaciones o ejecuciones fijadas en fonogramas corresponde a los artistas intérpretes por el plazo de SETENTA (70) años contados a partir del 1º de enero del año siguiente al de su publicación. Asimismo, la propiedad intelectual sobre los fonogramas corresponde a los productores de los fonogramas o sus derechohabientes por el plazo de SETENTA (70) años contados a partir del 1º de enero del año siguiente al de su publicación. Los fonogramas e interpretaciones que se encontraren en el dominio público sin que hubieran transcurrido los plazos de protección previstos en esta ley, volverán automáticamente al dominio privado por el plazo que reste, y los terceros deberán cesar cualquier forma de utilización que hubieran realizado durante el lapso en que estuvieron en el dominio público.


Esta ley implica privatizar 20 años de cultura, que hasta el momento eran de libre acceso. Si se privatizaran una porción equivalente de espacios públicos, o de recursos públicos en salud o en educación, habría movilizaciones de protesta. Privatizar el acceso a productos culturales es tan o más grave. 


Debemos resistir la tendencia (a la que se suma la Argentina) de extender indefinidamente el plazo de protección a la propiedad intelectual. Estas concesiones a los lobbies se hacen en nombre de la defensa de la creatividad. Lo cierto es que no benefician a los creadores sino a sus herederos, y que al encarecer el acceso a estos bienes se obstaculiza la creatividad de los creadores actuales y futuros. 


Estos temas agarran con la guardia baja al progresismo, que tarda en actualizar su agenda. Este retroceso está en contradicción con los intereses de nuestro país, que es víctima de la fiebre ultra-protectoria de la propiedad intelectual, con efectos de vida o muerte en áreas como patentes y medicamentos. 


Tristísimo.

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